Lo más importante es la prevención. Hay una manera estupenda
(realmente funciona) de prevenir la cistitis en los gatos, y se llama Calmurofel. Son unas cápsulas que tienen
L-triptófano para regular el estrés
(buscad en Google, es natural, inocuo y sin efectos secundarios para animales y
personas), ácido hialurónico que ayuda a controlar
la obesidad y Glucosamina y Condroitín, que reducen la permeabilidad de la vejiga urinaria evitando que las
bacterias la atraviesen.
El Calmurofel
sería perfecto combinado con polvo de arándano rojo americano seco (vendría en
cápsulas) para prevenir la cistitis, pero las dosis no existen adecuadas a gatos
en el mercado, tendrían que hacéroslas de encargo y salen REALMENTE CARAS. No
podemos hacer el polvo nosotros, porque el polvo que se compra viene ya sin
azúcares por el procesado, que no tengo muy claro cuál es. La alternativa sería
comprar en herbolario o en farmacia las cápsulas que venden para humanos, tener
un peso con precisión de miligramos en casa para ajustar la dosis (preguntando
a veterinario) según el peso del gato y echárselo en la comida (no suele
gustarles) o comprar cápsulas vacías, lo cual en farmacias al parecer está
prohibido y en pocos sitios se pueden conseguir (tal vez en Internet). Total,
un lío.
Si vuestro gato es diabético y por tanto más propenso a infecciones urinarias, como el mío, es aconsejable llevar al veterinario un bote con orina de vez en cuando para que verifique si hay sangre o no, y si hay sangre, pueda hacer un cultivo para determinar si hay infección. Aunque pueda parecer un gasto innecesario, siempre vale más prevenir que curar, ya que cualquier infección que no se trate a tiempo es más difícil de tratar después (y más dolorosa).
Muchos veterinarios aconsejan hacerle una punción al gato en la vejiga, a fin de extraer la orina sin que se contamine de otras bacterias para hacer el cultivo. Esto no es necesario si tenemos suficiente cuidado:
1. Compramos un bote estéril en la farmacia.
2. Vigilamos al gato y, cuando vaya al arenero, abrimos el bote.
3. Cuando empiece a orinar, dejamos escapar las primeras gotas y después ponemos el bote debajo del chorro, para recoger la orina directamente sin que toque nada más que el bote. Antes de que acabe, retiramos el bote.
4. Cerramos el bote y lo llevamos al veterinario cuanto antes. No es necesario que la muestra sea muy grande, con que haya un centímetro de orina es suficiente.
2 comentarios:
Hola, tambien venden en el veterinario una bolsita llena de perlas de plastico que no absorben orina y vienen ademas con una pipeta para introducir la orina y un tubo que succiona la orina,es genial!!! Asi tomad la muestra de la orina sin problema y totalmente esteril, cabe aclarar que es importante tener el arenero lavado no con lejia para introducir las perlas y tomar la muestra bien.
¡Hola! Disculpa la tardanza en contestar, he tenido el blog abandonado un tiempo. Lo que propones es una buena idea que puede funcionar para medir en la orina ciertos parámetros, pero yo no lo recomendaría para tomar una muestra para cultivo bacteriano. Algunos veterinarios incluso desaconsejan recoger la orina en un bote y prefieren hacerlo mediante una punción... cosa con la que yo no estoy de acuerdo. Al igual que en las analíticas de los humanos, se debe dejar que orine las primeras gotas (para eliminar residuos que pudieran contaminar la muestra) y después se comienza a recoger la muestra directamente al bote. Por muy bien que se lave el arenero, es muy fácil que la muestra se contamine y altere los resultados del cultivo.
¡Saludos!
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